Hoy se me cayeron dos
árboles de un libro,
y las veintitantas hormiguitas
se pasearon como de costumbre.
Quise decirte decir, y no pude poder.
Quisiera tomar tu salinas
manos y tus ojos con aros cristales
y asirme a ellos.
Me afirmo
En esa escalinata izquierda,
me afirmo con las uñas ensangrentadas.
Corren las niñas por mis costados,
y yo estupefacto -estúpido, estupendo-.
Salgo expulsado de tus sienes y la cosa sigue intangible,
como un beso furtivo que falta o una sucia tarde.
Mi gata me araña y me enternece.
Deuda
Debo un par de promesas.
Empiezo mañana por --------- toda,
de una sola vez.
Salen las mesas corriendo y mi cama
se hace menos ancha.
Quiero un vino frío,
quiero que saltes enajenada.
Quiero que zumbe, señorita,
como avispas enrojecidas.
Que haga-n- lo que quiera-n-
Que te cubra-n- con mil caras, Tú,
que no me orta.
Que s y el mismo, sí,
el te sa e desde tan o.
Que no te imp -nunca más-
lo que te ola roja del mar f áneo.
Que haga-n- lo que quiera-n-,
qu tu vacío y mi cilíndrica uerza han de caer.
Que los cielos callen su ruido infectado, inmisericorde,
y que esos viajeros callen al unísono cuando salte de
este apasionante texto.
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