Se caen en el trayecto número catorce

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Se caen las virtudes y de las manos se me cae todo, una y otra vez, por querer asirlo. Pareciera que siempre quedo en nada y con las penas me voy corriendo por las plantas de este sucio veredal. Nazco como de imprevisto en todas las lluvias de verano y me como la Patria, me como a Dios y a todo yo. ¡Por la conchetumare! A veces, ya no quiero de trabajos, ni de verdes lazos en las calurosas tardecitas de mi vida. No, no quiero ver más ojos que encandilen, ni que me revuelvan las ilusiones en el caminar confuso. No, no quiero más piel ni músculos, no quiero tener ojos ni puertas. No, quiero volver a volver. el Trayecto dista tanto del efecto, de lo no abyecto y de lo recto.
Cae, se caen en el trayecto,
así como todas las cinco voces
con la boca rota, roja y en llamas.
Son las bocas -dientes lácteos- que habitan
mis brazos y las cosas todas
de mis rodeos.
Yo. Yo viviré.

1 comentarios:

Fabrizio dijo...

Weon, que tremendo poema, la cagó.
Nada que decir,

Vivirás.

Amén.

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Amaru