El blanco doble espejo

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De nuevo se vuelve, el movimiento que se hace a un lado
para caer sobre su mismo eje
soy miedos, soy todos los miedos
pero la vida se hace ruidos entre los dientes, porque uno aprieta la vida para no salir corriendo
para no volverse gemidos en las gargantas de la noche
como todas, una mujer que tome de estas caderas
que están al aire

hoy, no levanto la vista y me entrego a la derrota
a la desfortuna
a la desazón de no poder compenetrar esas ideas matemáticas
en el sueño invertido que se me escurre por entre los ojos

no podría decir que muero, simplemente uno se aleja de
ese doble mundo que está
en la cara interior de todo
en el vacío y que se llena de estrellas rojizas, verdosas
 
quisiera a veces entretenerme con tus pieles
que son cristales blancos
entre la sal que recorre
este cuerpo un poco desvanecido
perdido
entregado en este blanco doble espejo
las raíces rojas tornan, se estremecen consigo mismas
se chocan las barrigas llenas
apretadas
duras las piernas, el corazón
entretejido este plenilunio que se me sale por la boca
que a veces se dirige, que tantas no
se desaparece la mirada suicida entre tus dedos
que no son luces, son palillos oscuros en la noche de los mundos
sonidos de la mar en la guata
del mar en esta garganta
haciéndose caminos azules entre los cuerpos
haciéndose bisagra de otras esferas que vuelan en el aire junto a nuestro paso
aquí, esperando la blanca sombra
de mi ancianidad
ni siquiera pudiera sobrevivir de estos pocos saludos
de estos pocos gestos que enternezco el mundo
puede que cambie la noche, se haga una fiera y me trague, me despedace
me haga mil amarus en tu boca roja sangre
dientes mordiéndonos hasta cansar la calle
hasta que las manos se cansen de escribir estas palabras

Pronto y la caída

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Pronto y la caída,
no se sabe nada de eso que nos queda allá fuera.

A veces podemos quitarnos un poco la ropa y vernos desnudos, sin perder los miedos, sin asirnos a nuestra propia cara de miedo. Las estrellas se van haciendo manto y el universo es un juego, uno de esos que escapan a la lógica y los colores se suceden de manera interminable, cálida, multiesencial.
Nada, ya no nos satisface nada, el punto muerto de mis razones tiene nombre y boquita chiquita, la poca fuerza con la que alzo este grito desesperado, desesperanzado, entregado a la roja experiencia de la muerte.

Asco, maldito asco que me hace náuseas y mocos y vómitos que salen de mi fucsias y de todas formas, son triángulos, rectángulos que no conocí. La vida se derrite enmohecida, llena de flagrantes pérdidas como esta nueva.

Y aquí es donde me pregunto cómo hacernos un pequeño respiro, boquita chiquita acaso me ayudarás un poco a tragarme este mundo que se me hace hoy enorme y se me pierde en los ojos, que apenas puedo mirarlo por arriba de estas ojitos que se vuelven un despiste, que nacen una y otra vez hasta ser la siniestra marca de dios en mi rostro. ¿Serás entonces una fuente de donde pueda tragar los mundos que se alzan en llamas en los lugares que salen de las piernas de mis amigos de todo el mundo?

No puedo tragar

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no puedo tragar y mi cuerpo se desvanece
en mil formas que no conzco
y de una a otra me vuelvo yo mismo mirándome
los ojos con esa
cara de maldiciones que aveces traigo,

mi estómago cae hacia sí mismo y no puedo morderma las manos, ni siquiera puedo abrirme
a la salivación que quería porque me he hecho
un nudo, me vuelvo cicatriz en la boca hasta
ponerme morado y
el mundo nos conmina
a ser unos conchesumadres,
a decir palabras asquerosas
y volvernos bestias más bestias
y decirnos más bestialidades
y hacernos todos un cuerpo único
que sangra por sus orejas

no puedo entregarme al agua que cae de la noche sobre el
techo de mi pieza
y me vuelvo todo un círculo,
una mañana sin noche
y no puedo amanecerme por completo
y mi silueta es apenas diez mil puntos
en el espacio infinito enorme inentendible.

Pero la serpiente que tengo desde la garganta hasta mi ser revuelve los sentidos
de toda espera y se pudre junto a mi
y me dice que ya nada puede parecerse
a mi rostro que una vez más se
torna hacia yo y hacia mis monedas del bolsillo roto
y cubro con dos gotitas azules que viven por allá entre las erres.

El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.

No hay mundo
ni invisible dominio oculto
ni espíritus ni mundo de espíritus, nada de eso, nada de eso,
hay simplemente un estado escondido y oculto,
un desplazamiento o partir invisible de los cuerpos humanos
cuyo estado anatómico externo, orgánico externo
es el único estado reconocible, valorable, de todos los cuerpos.

Perdón, pido perdones hasta caerme de rodillas, porque nunca me sentí tan vil, tan deshecho,
tanta vergüenza se metió en mi cara anoche que no puedo ni hablar.

A 16 de octubre de un año

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Hoy, ya sábado
me entrego a mi misma, mujer que se encierra
sobre sus caracoles que mueren
azules van cantando en su prisa
de la carretera y las veredas se deshacen en tu boquita de Valeska
y soy una arveja que se hace panza roja
y se golpea contra el suelo

errabundo en el espacio
soy caballo, soy una mega caballo andando
por todo el cielo nocturno
de los ojos de las mujeres que veo en las noches
y se hacen estrellas en mi frente negra
como el universo mismo
y mañana la no habré sido dos, como
me vuelvo en mi misma madeja y en seguida
ya no sigo siendo lo que buscas en mi, como una bala en
el plástico morado derretido en el piso hace tanto.

Pareciera que una vocecit

Niños saldrán al mundo, en las horas de esta noche -si es que no de inmediato-,
a tragarse la vía láctea que se dibuja bajos nuestros pies
y me iré con ellos
si es que me dejan
a ver cuánto puedo jugar, aún creo saber

y las noches se vuelven un recinto, una parte ahogada
una corbata enorme para asirnos a la escuela,
a la puta muerte de l nido que nada dice.

A veces quisiera haberme quedado en casa ese día o
haber lloriqueado más, hasta que un día
mi vieja dijiera por fin "ay!, ya, Amaru, córtala. Déjate de llorar, puedes quedarte en casita"

Vaivén con cancioncitas, per cómo hablaría
en dónde hubiera quedado esqa cabecita mía, de la que hablaban mis tías, mi familia
qué hubiera sido del gordito inteligente ese que fui, de esa timidez que me dejó
mirar el mundo desde el silencio
desde la base de mis ojitos, que veían que el mundo se hacía tiras
de la noche en que ese muerto me dejó aquí tirado hecho mil formas contra mi mismo, hecho la nada misma por tantos años
hasta que mascara otra carne que me daría nuevos bríos a esta carne cansada que hoy escribe por tanto silencio, por tantas conversaciones que sólo recuerda mi almohada llena de moquitos de niños que no entiende que debe ir a la escuela

Quizás podría haberme entregado al amor, saber cómo se ama, cuándo se debe amar y con qué fuerza y no perderme como siempre e ir cachando el paso siempre después, siempre quedándome en mis juegos de niño
esos juegos que no alcancé a tener

y esa filantropía de la conchesumadre de algunos, que hoy desde sus universidades culiás quieren decirle al mundo de su bondad, quieren hacernos ver lo buenos que son
posiblemente salieron triunfantes de sus colegios, salieron enaltecidos por toda su puta mierda de educación y quieren restregárnosla a nosotros: los derrotados, los perdidos, los tontos imbéciles
váyanse a la chucha, yo desde aquí les digo que no educarán, no educarán

La gran lengua

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La gran lengua
eres la gran lengua
sin dientes, sin prisiones blancas, amarillas, grises
sin las casas que se arman podridas y se van haciendo negras

eres una salida de las vísceras, tu cuerpo que es una llama
que me envuelve en una danza de dolores, de angustias

que es una, dos, quizás cuantas muertes
cuantas morí en ti, cuantas lenguas me atravesaste el pecho

cuando la noche se hacía entera venía y bajabas a mi cuerpo,
golpeándome, ensuciándome
mordiéndome la moral, temiendo de mi desenfreno

eres la gran lengua que me ata a mi cuerpo, que siempre me hace de mi mismo, que no espera y se lanza

eres ese caballo de fuego que avanza desde el centro de la tierra y me engulle hasta hacerme nadie,
hasta volver contigo el vieno
hasta hacerme todos rojos vivos que pudiera observar

negra, simplemente negra me entrego a tu forma violenta
a tu cuerpo que no es bello, ni siquiera podría decir que tu cuerpo lo buesco en otros cuerpos
porque no eres ejemplo, eres la oscuridad que me nace y me golpea hasta la muerte
eres la saliva, la boca que se abre desde el infinito
para regar, para enloquecer

sí, quiero más y más golpes de ti, lengua violeta
que surca la vida para enterrarse como cuchillo
para meterse en mi cuerpo de carne
para hacerme más carne
para ser carne de tu lengua, para ser lengua

quiero que me grites de nuevo y me hagas sangrar, me aprietes en tus piernas
y me hagas de nuevo tu objeto, tu cuerpo rojo

una conversación

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contra dice:
*nos escondemos en nuestras casas privadas para buscar el cariño privado, el cuerpo desnudo privado y nuestras manos privadas de tanto
*no alcanzaremos a desprivarnos
*quizás nuestros hijos o nuestras muertes puedan girar los ojos hacia sí mismo y sus otros mismo
*quizás la noche también gire y se vuelva todo noche
*y una hoja corte nuestros rostros insomnes
*y nos mojemos la cara con una bendita suerte
*que brille nuestro futuro
*para salir de nuestras casas privadas
*de nuestras bocas privadas de tantos besos
*de tanto caminar que se vuelve un trampa
*de tanto ruido que suena en las muelas, en la vida de nadie
*a veces romperíamos la carne para ser una leve rasgadura
*para podrirnos en la calle
*que el frío nos hiera la ropa
*y saldríamos desnudos a las placas azules que se instalan en la espalda cuando uno se sube al barquito de la calle de noche
*quizás
*y las piezas se destruyan, y los muros, y la gente
*que se haga pedazos todo
*todo roto
*todo rojo, lleno de la sangre de miles
*y se haga todo sucio
*quizás esa sea la libertad

Rau Volví dice:
*ay
*Estaba pensando en dar vuelta los ojos,
en mandar a mi hijo fuera y pensar en mí
como una manera de librarme de todo
de mis culpas y mis felicidades
claro que lo estaba pensando
sobretodo, cuando dejo que me suenen los hombros
cuando esucho en plomo peso de mi cuello
soñando caer en la almOhada cerca de mí
de mis madres en niña
de mis padres en muerte
de tanto que quise
y que hoy vuelvo a intentar
*Y quizá, como de seguro sé
*me quede vacía en otra noche sola
mirando la foto del retoño
envidiándolo una vez más
por la madre que no tuvo
esa madre que me obligo a ser yo misma
que me desangro implacable
inconsecuente de verdad
Yo quisiera,
temblarme en las ternuras,
pero algo quiero
algo quiero quiero quiero
Es que la libertad me llenó los ojos de nada también
y las cadenas me exigen porqué
más tiernos que aquella nadamia

No encaja

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No encaja mi trenza bajo la lengua
de esa amante que me mira por sobre su sonrisa.

Hoy sí que te beso, hoy sí que me levanto de
la silla y te como los pies
naranjas bajo el círculo.

Es el cero que nada por entre mis sienes el que se atreve
a denostar las ilusiones que bajan por mi estómago hasta mi principio,
solamente podría decirle a los pájaros negros que se posan en el pasto de la gran casa.

Tal vez este día sea el último, mis dos hijas
se hacen un nudo. Quizás la esfera caiga entre tus piernas
y una morada certeza vuele entre las nubes de este espacio que se ahoga
en la lógica.

Soy sueño en un momento, cuando la carne estaba hecha de carne podíamos tocarnos a vista de todos y no en la tina de metal que se pudre en el centro de mi corazón.

Hay rizos, mi trenza asustadiza que aterriza en el polvoriento suelo rojo
de este grito que se me sale de entre los poros para decirte que hoy
ni ayer es lo mismo desde tus senos o
desde tu dura guatita
o de tu prominente.

No hay comida, no hay gansos perdiéndose la película
de ese cuadrado de cemento que te hace tu hija
y esa palabra que se repite desde tus amores del origen para hacerse velas en tu entrepierna
que es mía. En ese paso del puente con grandes mandíbulas hacia tu garganta es que trago yo mismo mi inocencia de verte desnuda frente a la multitud y traspirarnos la grandeza de decir que me equivoqué contigo, que no eres lo que yo me imaginaba y pensaba que eras.
Hoy te saca la vida una pequeña fantasía que no es más que espectáculo y las voces se hacen un estruendo que baja desde el suelo hacia los cables de goma y metal y electricidad. No hay tantos animales muertos en esta escena como los que en nuestra piel podría decirse que se hacen cuerpo.

Ahora bien, lo más probable es que tu cuerpo de esta otra mujer me envuelva y coma de mis encías por un rato, mientras juego a que no me importa ser lastre.

Una cinta

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Sólo a veces llevo una cinta roja
en mis caderas, mientras
el viento hace las tareas
de planificar mi suerte entre las vidas que aún no ahogo.

Y es que voy acortando las caras de los viajeros que me desacompañan tanto,
no quería moverme tanto ni quería hacer estragos la corbata de mis sienes.

No podría, no podría.

Soy una luz bendita que se encoge en tus palabras gotas de sangre
e n la repisa y en tus uñas muertas de frío, no huyo de mis sarcasmos y espero esta velada junto a la noche misma
entre las esperas de una vida.

Solamente una cinta me vuelvo en el agua que estruja tu
poblada muerte y tu rabia que ahorca mis espesos mareos
dentro de tu boca que
sabe a robos.