La gran lengua

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La gran lengua
eres la gran lengua
sin dientes, sin prisiones blancas, amarillas, grises
sin las casas que se arman podridas y se van haciendo negras

eres una salida de las vísceras, tu cuerpo que es una llama
que me envuelve en una danza de dolores, de angustias

que es una, dos, quizás cuantas muertes
cuantas morí en ti, cuantas lenguas me atravesaste el pecho

cuando la noche se hacía entera venía y bajabas a mi cuerpo,
golpeándome, ensuciándome
mordiéndome la moral, temiendo de mi desenfreno

eres la gran lengua que me ata a mi cuerpo, que siempre me hace de mi mismo, que no espera y se lanza

eres ese caballo de fuego que avanza desde el centro de la tierra y me engulle hasta hacerme nadie,
hasta volver contigo el vieno
hasta hacerme todos rojos vivos que pudiera observar

negra, simplemente negra me entrego a tu forma violenta
a tu cuerpo que no es bello, ni siquiera podría decir que tu cuerpo lo buesco en otros cuerpos
porque no eres ejemplo, eres la oscuridad que me nace y me golpea hasta la muerte
eres la saliva, la boca que se abre desde el infinito
para regar, para enloquecer

sí, quiero más y más golpes de ti, lengua violeta
que surca la vida para enterrarse como cuchillo
para meterse en mi cuerpo de carne
para hacerme más carne
para ser carne de tu lengua, para ser lengua

quiero que me grites de nuevo y me hagas sangrar, me aprietes en tus piernas
y me hagas de nuevo tu objeto, tu cuerpo rojo