Venas negras en la marea

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Dicen que tenemos las venas negras, porque somos el Universo
somos un ruido que corre subterráneo, que ya no le importan las portadas
porque es fuego dentro de los corazones
ayer veía luces, ayer salía royendo el cemento con estruendo de aviones sobrevolando la muerte

una sombra que sonríe, una pista que desaparece en su misma mirada negra

a ver si entienden que corremos entre la niebla y jugamos porque nos gusta el placer, porque tenemos nuestra vida para oponerla a su mentira: la muerte

la muerte es apenas una ilusa en el horizonte, porque somos un cuerpo de puntitos en la galaxia infinita
una marea apuntando al centro de la misma muerte

Mar, di siento

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¡Ay mujer!
Parece a veces que esas escaleras por las que me he subido a mirar las ciudades cercanas me estuvieran
abriendo otras prisiones debajito de los pies. Y es que no
puedo no decirte que siento y que también disiento todo el tiempo.
Yo no podría decirte qué más, pero ni siquiera quiero hacerlo, mujer de los ojos
que me hacen nadar entre el futuro de los futuros, dentro de la tierra cubierta por el mar.

Hoy, no puedo escapar, somos submarinos pensando todo el tiempo, pero
cuando entremos agua abajo nada podrá iluminarnos.
Déjame esta vez mirar entre tu ropa, entre el olor de tu cuello a ver
si me salvo en estas aguas que nadie conoce porque no existen

A ver si hay días, a ver si la noche se hace una marea que nos inunde de sentimientos que nos recorran la costa de los cuerpos o las selvas llenas de aves que surcan las profundidades del mar con su fuego alado burbugeante.
Déjame, bonita, ser una luna que se llena de el agua que sube volviéndose los aires y surcar un poco los cielos que se llenan de esta sangre que está llena de tierra.
Dinos, mar, si sentimos primero o estamos acaso peleando contra la marea profunda antes de saber cómo es que sabe aquella sal desde tu vientre.