El costo

|
Cómo habría de decir la noche
que su junta ha desvanecido el largo camino que supone
la liberación.

No se trata de contar, de decir cuánto. Eso sería un decir, una explicación
de clases, de cómo se mueve tu mano en la mesa mientras cambia
el sonido de nuestras gargantas.

la cosa es cómo hacer que sea un hombre y una mujer, cómo tomarnos en el voltear
toda la risa hacia dentro y hacer de la rabia un mar de ruidos que estremezcan la vida

se me hacen obstáculos las voces que matan los pájaros, esas voces tremendas avanzando en el aire de los silencios en mi habitación, ese callar constante de mis almohadas solas, de mis compañías solas

el costo es un cuadro en el muro de una señora café, de su rostro diciéndonos que suramérica no existe, que murió nunca
¿nunca te ha entrado el humo en la cabeza, esa sensación de la muerte avanzando por las sienes al compás del avance de los dedos sin razón?

Callando contra

|
Contra tu cara la bandera estrojas
las gajes indicios de un medio porvenir
hay pocos alcances en tu simetría defundada, redestructurada
no me sigan las manos y las pieles en su síntoma estropajo

somos cuatro en la mesa, pero cada ninguno
tiene un nombre perdido y me sangran las encias
y soy una muda ignorancia frente
a las fuerzas de las trompetas que caen desde las jaurías del cielo

y sólo a veces por despecho

Pájaro descolorido en la muerte

|
Dormir en una tina de metal,
fría, sin nada que pudiera rescatarse, tomarse, asirse.

Las carnes frías en el mostrador y el vidrio seco, los pajáros
caen sin colores por los edificios.

Uno, otro, miles.
Un mar de pájaros que caen desde el aire que se hunde
sobre sus agujeros y la noche tiene las palabras de las noches.

Un vacío, el estómago que vomita los pájaros sin colores.

Ya no vuela, están muertos. Todos muertos y los colores se estrellan
en el cemento y las caras de la gente del mundo.

Son un millón de pájaros, un millón más que se lanzan a morir
el vómito los fierros en la guata

Soberbia serpiente me estrujas la sien, las malditas formas
de categorizarlo todo. de encajonarlo, de hacerlo una habitación, una pieza de museo

Eso pareciera que me envuelve: un cristal protegido por palabras que se hacen cargo de lo que soy hacia atrás.
Ex
Exprimir las extremidades, exponer extrañas maneras de extrañar. Porque la vida se hace puertas afuera.

Soy una siembra que se amaleza, que se distribuye a sus anchas por los vidrios quebrados de este edificio, de esta enorme masa que recibe enfermos, locos, muertos. Y su imperio crece y engulle, traga como un demonio.
En vano me hacia magias la patrulla de este compilado conchetumare de afluencias de niños perdidos, de balas, de gargantas y pieles que huyen de sí.

de esa boca que muerta

|
Vo no sabí
No tení ni idea de cómo e´´     aitare

Un día te salen ganchos en las pies, en el cuello y se van estrechando
por todos los rincones de tu casa. Se suben a las escaleras y se hacen a sí
mismo una y otra vez.

Y hay gritos, que se hacen enormes, se retuercen. Suben y suben de volumen
y no puedo sino tragarme. No

·

Bésate la muerte
adónde irá a parar la coincidencia, la afinidad
contracara de la mala
no tomaré más de ese mal café
de esa boca que muerta
la besa la muerte
se besa a sí misma esa boca

Ciudad del mal camino, no haces
niun esfuerzo en proyectarme
ahora yo ni siquiera me veo a mi sombrita
parece que estos ejercicios me han salido gallinas en los brazos
y no puedo contener la risa estúpida de no saber cómo
es que ni llamas ni llegas a la plaza

excusa ñ

sigue leyendo...
las dolorosas palabras que sigo desde los silencioso se
hacen unos conchesumares en las polvorientas vueltas de todas
esas weas que avanzan
nada ahora parece ninguno
somos como una herencia de los 'como'
puro parecido weon,mal
hecho, no hay esfuerzo

Dos pisos se hacen hacia arriba, otra vez
otra vez
y en el cuarto de la hora de tomar té
vive ella

Jueves 27

|
Es extraña la entraña que se hace entre nosotros, que
se va deshaciendo en nuestros cuerpos y que avanza entre mis gatitos.

Pero la vida nace de nuevo en las ubicaciones que cualquiera le encuentre.

No habrá figuras, no hay maltatros en un beso honesto.
No hay mensajes oscuros, ni pasados ni futuros.

Vengo apretando el freno, para que paren los hechos que están ocurriendo.
Santiago, ahogo de nuestras carnes, del dolor que se hace en mis estómago.
Un sonido, una bocina, una irresponsabilidad en lo alto.

No quiero el movimiento, los vacíos no se llenan hoy por hoy de manera inteligente. El arte se pretende una creación en el espacio, pero no sabe rellenar el vacío ni siquiera en los bordes. Aunque las hojas se caigan desde las esquinas de los departamentos, sin permiso de todas las autoridades del mundo.

Un viaje comienza con amarrarse las zapatillas, con hacerse cargo del propio peso en las sienes y de vender bien los sentimientos a quien los necesite. Varios elementos escuchando en la mente, las horlas entretejidas por mi mano azul. Mi ciudad se niega a darme asilo, a si quiera atrapar la gente bifurcada, al final se escriben cosas que no tienen utilidad en nuestro tiempo. Deberíamos correr con un grito rojo en la garganta y e pelo muy muy negro, mordiendo a todos esos chuchesumadres. El terror amparado por todas las lesas humanidades,

Cuantas veces

|
Cuantas veces podría verte muerta, tantas.

Salir por toda Barrancas a tus golpes, a las voces que bajan desde las cordilleras
y suenan en mis patios.

Cuantas veces nacería fuera de aquí, en la maldición de la acción.

Papeles azules volando sobre mi pieza, pegándose en el techo y en los vidrios sucios de la cama muerta.

Cuantas veces el frío se hará nosotros y se vestirá con ninguna habitación que se pudre.
Tus cosas en el suelo, tus cosas en el suelo.

Somos pobres, pero no se trata siempre de lo mismo. Nunca más serán los ojitos de las niñas, nunca más se harán naciones en la noche.
Los nervios, los cigarros, los ocultos mensajes que se enrrollan en mi cara, la muda vida que te llevo dentro.
Cuantas veces cruces y piedras en las posas que se hacen en el pasto. Cuantas piedras arrojadas a tu pieza. Cuantas cabezas tienen que ser necesarias, cuantas protestas.

Hoy conmigo duerme la calma, la transpiración se me enfría sola, porque nunca vas a gastar tus pequeñas monedas por aquí. Y no me sirven ni los retos de mis madres, ni los de mis hijas, ni las consideraciones de mis hijas. Ninguna maldita inocencia se hará casa en estas calles.

Da lo mismo tanto, cuantas veces dará igual.

Las mujeres sin brazos dormirían en las vecinas.

La espera se sirve de algo cuando aún no vemos la propia libertad, cuando todavía se hace sangre en mi cuerpo. Pero cuando te busco, cuántas veces tendré que lanzarme de los edificios en llamas al vacío de unos cigarros mal encauzados.

En este mismo momento

|
Nadie me ha muerto,
sólo saldré por los ojos sucios de los pobres
por las noches.

Nadie me ha muerto

|
Liberarnos chuchá a chuchá del cristal,
desestorbarnos de lo esnob y
hacernos de verdad, de nunca morir.

Nadie me ha muerto y no me harán ninguna muerte.

Las ranas se toman las ciudades en doscientas venidas y
las mugres se vierten desde las orillas de las ojeras, desde la misma
sangre de mis vecinos del barrio.

Dame un puchito que nadie me ha muerto.
Dame unos besitos entre las salas, entre las alas, entre la sal;
me da lo mismo, quiero que me robes un poquito los fascismos.
Dame las casas bajas ajadas, rotas las ventanas hasta los plásticos,
los humos de todas
virus viruses
mocos y la pobreza, las caras de los niños que se parten de las cosas que no-tienen
la cosa se ha vuelto puro espectáculo
niuna concienca en las rejas de los desclasaos que nos sacan
las cosas que no-tenemos
hasta cuando me van a romper las cicatrices y la espalda se me van a seguir encorvándonos

Nadie nos ha muerto, todavía.
Nadie nos morirá, estamos seguros de eso y dame otro besito.

Sentadito ante la Nada

|
Mírenme, sentadito ante la Nada.

Cómo conversarle, díganme, lo imploro, cómo decirle nada.
Cómo decirle Nada.

No sé si mirarle, si agarrarla del cuello y empujarla al vacío.
¿Caería la Nada al vacío?

Ya no se me ocurren maneras de enredarme, de volverme hacia ella y decirle nada.

Eres como la fiebre
y las costas se deshacen como las
manos de un amigo que
apenas se mueve o muere.

Y  qué pensar, Nada,
si a ti no hay que tomarte del pelo,
eres pura guata.

Es clavar cigarrillos en el color.

Ansias, como decirles que no hay esperanza, que no hay nada.
O sea, Nada. O como chucha nazca.
Apágate burla, apágate 
y ojalá sepas que quiero que seas mi hija, que completes
el círculo de las mujeres.
Me gustaría nada, me propondría tantas nadas ante ti, ante la mugre de las calles y las esquinas de los parques que se congelan en las frías mañanas de pudahuel y sus alrededores.
Sabrás, quizás, si es que te dan las nuevas, si acaso quisieras enterarte, si acaso tu espalda me busca un rato, si mi sexo no te hace llover la cara, si acaso te volvieras una llamada del mil ochocientos, quizás un traje, quizás seas arte de una gran fiesta, quizás en alguna galería, si acaso se diera el caso de que oyeras mi tos, si tan sólo oler fuera un sentido, si acaso los pisos no se abrieran en un sinsentido ordenado.
Acaso los brazos remaría, nadie lo sabe, no se saba Nada.
Ay, Nada, no quisiera decirte nada.
¡Ayayay! ¡Por la conchesumadre!

Y es que nada, el futuro se planea con la sangre, en un vaivén de los días. No hay futuro si no hay nada, o sea que Nada es mi futuro.
Quizás tendré zapatos, vida, ganas. Quizás. Quizás tenga Nada. Quizás nada.

Y es que te he pensado tantos años como una negación, Nada mía, y hoy eres una creatura,
una muerte entre mis hombros sin firmas. Y unos puntos se diluyen en las piezas de la pieza y unas formas atrevidas se comen la fruta de la mesa y de mi mesa, de mi mesa.

Pacos, filosofía no-contemplativa, foros, paredes rojas de ladrillos, necias, metafísica de las costumbres, la cuestión racional, edificios azules y blancos, edificio amarillo, sentido cosmopolita, universalidad, propiedad privativa, política de los nuevos cuerpos, concepción de era del hombre y su forma de entender su trabajo, el plan infinito, purgar los males en el té, el ruido estrepitoso en mis orejas, la tonta gana de seguir adelante, nacionalización,  gritos en lo verde, absurdas huidas, imperiosas necesidades, después, malditos los minutos, el sentido de las cosas que se van a la mierda: todas puras weas ante la Nada.

muy muy nada

Las escalinatas de ciudad

|
Las escalinatas son iguales a las escaleras, iguales las escalinatas a las escaleras.

Se parecen todas a todo, se parece el mar a la ciudad.

Las escalinatas de ciudad se parecen a las de mar.
Las escaleras de mar también se parecen a las de ciudad.
Se parecen las escalinatas al mar y la ciudad a la nada.

Parece que todo se parece y nada es escalinata.

Tengo rabia, las escalinatas desaparecerán y con ellas la nada.
Si no hay escalinatas no habrá ciudad, no habrá mar, no habrá gente
que me golpee con su aliento violeta ni grandes puertas arribita en el cielo.

Apuntaré cuatro pedidos. Así, cuando las escalinatas de ciudad desaparezcan
de todo ruido y las calles se empiecen a derretir, pueda seguir mirando donde hayan
atisbos siquiera de que alguna vez pude ver tus piernas subiendo aquella escalinata.

Los poemas, sin nombres

|
Una casa deshabitada o decidida. Un poema no es para nadie o es de nadie. Alguien puediera atribuirse condiciones o alzar su nombre en un poema, pero a quién podría escribirle la muda histeria que se aparece en los poemas.
Es cierto, uno pone nombres y señas y máscaras en los poemas todos, pero las luces rojas se destacan y se suman a los bailes feos de las cajas grises de las calles de este Santiago.
Tu nombre, que es el nombre de todos, se hace partícula y se individualiza en las múltiples etapas de la carne que se deshace. Te nombraría ahora, pero porqué debiera develar algo que los poemas tanto reniegan. Personificar, coser, mientras las uñas se ensucian en el barro del pasto donde nos fumamos nuestras rejas.
Un bulto, un equipaje sucio se me vuelven las aspiraciones y todo trepida constantemente como para asirlo. Los buses, ese humo blanco de las reivindicaciones y la casta sapiencia de nuestra supuesta cosa.
El supuesto, el maldito supuesto se hace nombres. Se emancipa contra nosotros y constituye lo que nos agobia.
Déjame agarrarte, pero déjame. Poemas de estaciones mal paridas. Vengan ningunos, letras a los formularios.
Sí, postulece. Ahora, arriba, dos. No, así mejor. Todo nombre esconde la vaga idea de que lo sabemos y no tenemos chucha idea.
La garganta se me va a parir tres nombres, fruncida y ácida de las páginas que tenga que rellenar.
Lúcidamente, vamos a jugarnos la vida entera en una risa tonta. Con la rabieta de la misma jodida suerte, en un barco verde y saliendo los jugos por la nariz del entrevistado.
He perdido mi nombre, poema. Tú ni pierdes, ni ganas. Los poemas son sin nombres, porque estos matan.

Cuando tu vestido camina

|
Sale la vereda muerta de envidias
y se torna una espiga,
tu vestido me
hace morir las casas
de las amigas pobres de la niñez.

El discurso se me adelanta a
la lengua y tu vestido camina
sobre ella.
Caminará constante, y tú con él.

Tu vestido incendiario
resolverá las ansias de matar las
instituciones.

Poema 05

|
Se muere.

Un cisne se muere en medio del lago.

Un cisne violeta se muere en medio del gran lago.

Gracia azul + amarillo

|
Gracia
azul+amarillo

Salen los dibujos desparramados
de las bocas y fuego
de mis compañeros.

El azul en el pulmón izquierdo y
el amarillo
en el pulmón derecho.

Suben por la mente hasta las techumbres
y urden su recorrido de mágicas luces.

Todos vamos con ellos,
somos todos azul+amarillo.

Dos hoyos en el piso

|
Dos hoyos en el piso.

Uno claro, a la izquierda de las repisas;
el otro, encima del anterior.

Una y otra vez beben de sus cafés.

La tierra me trago con una cucharada
y se me llena la panza,
se me nubla la vista.

Ay, ven luego.
Se me desprenden la mano y la boca,
el ombligo de la mente se retuerce y me pregunto por ti.

¿Cómo y porqué llegué hasta allí?

|
Venía bajando las crisis
en mis hombres y de pronto
se me resbaló la idiosincracia, se me
escurrió por todos lados.

Medio lado y medio por enterar,
las luces salen hacia las calles de San Pablo.

Corre las manos, córrete
las venas y muestra un poco.

Hoy te quiero un poco menos,
pero -sabes-
que quererse es un acto de presencia y
amarse no.

Vamos a ver que perdura entonces.

Las líneas negras en las hojas amarillentas

|
Me explico: las hojas, cuando tienen líneas
grandes, puede -en ciertos casos- conforman los
llamados trazos
a veces, sin mayor explicación anterior
borran las cosas que se garabatean

Me sumo a la protesta, no voy
a pedirle nada por tragarme el
aire como siempre lo hago

no señor

Tamara en las palabras

|