En una fracción irreductible de mi estómago
se conjugan veinticuatro especies de aves.
Unidas, unas-otras-demases,
vuelan espantadas por el temor.
Se carcome la fina capa de lo acaecido y
me sobreviene una mortífera indiferencia,
soporífera y lenta.
Llena de promesas blancas hechas en la cama.
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Amaru