Como toda maravilla, las cosas
de este mundo se
han de mover
en silencio
hay un giro a mis izquierdas,
plenas invitaciones a lo meditabundo.
Es el tiempo de los silencios y -en
ellos-
se pierde ese cristal
en las arenas
Quizás, después de este amargo
barco con sus
macetas colgando en todas las habitaciones,
me salgan raíces por ahí, con cualquiera.
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Amaru