Te quiero hombre y mujer,
y te quiero porque las alegrías
te salen rojas del pecho.
Yo.
Yo, no sé nada de amar.
Todo lo que sé lo tengo en los
pies, que comparten libres
las ilusiones.
Sé de las penas que te toman
las hojas y te sacan el celeste
de las venas.
Sé de ellas, sé de los mares no resueltos
y de tu cariño maltrecho.
Yo no te dejo.
Porque soy una crisálida en el vacío
y me quedo a un costado, mientras los caballos
corren y huyen despavoridos.
Olvidaré la sangre, la saliva y el rencor.
Seré de las plumas la cumbre
y evocaré con silencios lo que no pude.
Tú, máquina y sopores,
vendrás a mi una y otra vez
porque las calles caminan juntas.
Un día, capullito,
levantaré mis ojos florecitas amarillas
y te tomaré para mostrarte el mundo llano.
Resuelta te buscaré,
cuando seas de los amores
la primera furia. Y volveré
a sumergirme en tus dádivas.
Dedicado a mis
cuatro mujeres.
1 comentarios:
¿ Cuándo sucedió esto tan maravilloso?
:)
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Amaru