Calles

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Tengo calles y caminos que llegan a ningún sitio. A veces, me soplan desde la terraza de sus manos, grises y afiladas. Ya no quiero esa sonrisa, ¡mátala ya! Me enloquece esa sonrisa, ¡por favor! Señor meditabundo, errático, obsoleto y tímido, le diré que lo amo. Soy él, ensimismado y triste. Olvídese de la piel y venga ese beso y abrazo suyo.

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Amaru