Nube

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Nube imperecedera, polvo en las camisas y los libros
del balcón y las esquinas.
Un día volverás, y mi fuerza cilíndrica te hará de nuevo y te envolveré desde tu matriz hasta los rojos fugaces que te salpican las vergüenzas y las mejillas. Un suave viento enarbolado y las aves grises, y todo el mundo girando de impaciencia.
El pañuelo es un mundo, verás.
Cerradas las búsquedas, habrás de tornar a lo que amistosamente nunca debiste violentar. Se caen las flores, los maceteros, tus senos y mi voz, que susurra como siempre tres palabras que siguen intactas.

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Amaru