Y él me rompió el pecho y las manos;
y ella explotó lucífuga en otra canción;
y qué más da.
Soy el viento, soy la pupila
libre o roja o de azul líquido.
Y me salgo de las naves y me salto
de las naces y me salvo de las nadies.
Para abrir tus puertas,
mujer del mañana-hoy,
romperé las calles todas y desangraré
todas las meditabundas noches y será
la palabra 'ven' en tus labios la
que me nazca la vida.
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1 comentarios:
¿Por qué los barcos anclan en la orilla?
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Amaru