En un cuarto

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En un cuarto de minuto, en el cuarto de atrás,
en el cuarto día de ese extraño mes, supo de las mayúsculas palabras con las que sepultaba las raíces de su bolsita del té.
En un cuarto, exánime, hexagonal y sexuado, tomó sus carnes y se las echó en el hombro: quiso caminar.

1 comentarios:

Fabrizio dijo...

El hombre que muere estático muere la muerte y además la indiferencia; usted señor, que se lanza a caminar, no morirá ninguna de las dos entre mis ojos.

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Amaru